Siguiendo la planificación ofrecida por los organizadores de la marcha-carrera Madrid-Segovia por el Camino de Santiago, me presente en la estación de tren de Cercedilla a las 8:30h. Al acercarme al punto de encuentro reconocí rápidamente la silueta de cuñado Carlos, y algunos compañeros de la quedada del mes pasado. Enseguida llegaron Paco Rico(alma Mater) y Anna (su fiel escudera) para dar unas breves explicaciones de la ruta que íbamos a realizar. Esta empezaba en la citada estación de Cercedilla, para ascender por la carretera de la República hasta al puerto de la Fuenfría y regreso por la calzada romana.
La idea era realizar una marcha rápida pero siempre con libertad para que los que quisieran correr pudieran hacerlo libremente. Los dos primeros kilómetros se hicieron a un ritmo suave para que sirviera de calentamiento, y a su vez por seguridad ya que al ser un grupo numeroso ocupábamos bastante espacio por el margen de la carretera que conduce hasta las dehesas. Antes de completar estos dos primeros km. se formo un trio de corredores a los que viendo sus “plantas” decidí no unirme para no perecer mas tarde en previsión de lo que estaba por venir.
Una vez empezó a subir el ritmo fuimos formando un pequeño grupo que alternábamos el trote suave con la marcha rápida. En estos 5 primeros kilómetros el terreno es muy bueno, los 3 primero asfalto y el resto pista con buen firme, a excepción de un pequeño tramo de calzada romana que como podréis imaginar no es un terreno como para andarse con florituras. Sobre todo teniendo en cuenta que casi seguro es una tramo que realizaremos por la noche. Aquí fue donde el grupo se desintegró y a partir de aquí hasta el puerto lo afronté solo, salvo unos compañeros de viaje que me acompañaron un rato.
Una vez superado este tramo empieza la conocida carretera de la República, de buen firme, y con unos primeros km con algo más de pendiente pero que poco a poco se va haciendo mucho más llevadero. Esta parte de la ascensión la compartí intermitentemente con una grupeta de chavales y no tan chavales a lomos de sus MTB, hasta que alcanzamos el mirador de Vicente Aleixandre. Una pequeña parada para disfrutar del maravilloso paisaje y de nuevo en marcha.
A partir de este punto viene la parte mas suave de la ascensión, con algún tramo llano, de hecho yo creo que hay alguno que incluso se baja muy ligeramente. El paisaje es, si cabe, cada vez más bonito, a traves de uno de los pequeños claros se observa con claridad el mirador de la Reina, al que llegaremos aproximadamente un kilómetro más adelante. Unos 300 m. antes de llegar al mirador el camino adquiere una pendiente más pronunciada, para a partir del mirador volver a suavizar hasta el puerto.
Total 12 kilómetros de ascensión, con unos cinco primeros mas “duros” para luego ir suavizando y mantener una ascensión mas llevadera. Terreno muy bueno para poder afrontarlo durante la noche, salvo los 200 m. de calzada romana, que con tener más cuidado a la hora de pisar no tiene mayor problema. Y hasta aquí la parte de reconocimiento.
Ya en el alto realizamos un reagrupamiento para comentar algunas cosas con Paco Rico y hacernos la foto del numeroso grupo y tener unos momentos de charla agradables. Algunos decidieron bajar por donde habíamos venido, los marchadores directamente por la calzada y un grupo de unos 8 o 10 decidimos seguir hasta Marichiva para desde allí descender hasta el punto de origen. Según el “frikigarmin” salieron 20,5 km. en 2h35´, a una media de 8 km/h. Un buen ritmo de entrenamiento, creo, para lo que estamos preparando.
En definitiva, buen entrenamiento, por la zona por la transcurría, cómo por la gente que nos juntamos. Y quizá lo mejor saber que la ascensión mas larga que tendremos el día D se hará mas dura por los kilómetros acumulados mas que por su desnivel y terreno.
La próxima quedada-entrenamiento será ya en septiembre, mientras tanto intentaremos realizar mas de una salida larga para seguir habituando al cuerpo al esfuerzo prolongado durante muchas horas.
continuará...